
Todos los poetas alguna vez han de vivir su infierno, aunque sea habitando un desierto de besos calcinados, cenizas de un amor sacrificado en su propio altar de olvido.
Altar en el que ha construido el poeta su poemario. Porque, aunque sea un libro que respira en muchos momentos dolor, no deja de ser un libro que en cada página desprende pasión, anhelo y esperanza, aunque esta última sea tan tenue como el hilo de plata que asoma por el horizonte un día de invierno.
Presentación en la Casa del Pueblo de Almendral (Caceres), con José Antonio Arroyo, Alcalde de Almendral y la escritora y editora Elena Muñoz